La tercera guerra Mundial parece estar a punto de estallar. Puede sonar raro o quizás, mejor dicho, precipitado decirlo, pero son los últimos hechos los que pueden llevar a cualquiera a esa conclusión. Es obvio que no estamos viviendo unos tiempos precisamente tranquilos ya no solo por los actos terroristas que sufren los países que nos rodean a lo largo de los últimos meses, sino que debemos añadir los ensayos nucleares de Corea del Norte, ataques unilaterales por parte de Estados Unidos y ciertas prácticas realizadas en el pasado que ante la proximidad de una hipotética guerra cobran peso. Y es que a todo esto no ayuda la situación política mundial. En Estados Unidos gobierna Donald Trump, en Rusia Vladimir Putin y en Corea del Norte Kim Jong-un (aunque el gobierno de este último sea un caso aparte). Cabe recordar que en Francia se postula como posible y firme candidata a la presidencia Marine Le Pen y a unos cuantos miles de kilómetros nos encontramos con Turquía, país en el que sus propios ciudadanos han votado por entrar en una dictadura, y es que por muchas palabras que se busquen para nombrar a la nueva forma de gobierno, se trata prácticamente de una dictadura. Y lo más triste es precisamente eso, que hemos sido los propios ciudadanos los culpables de esta situación. Trump y Putin no han llegado por arte de magia al gobierno de sus respectivos países, y Le Pen tampoco está luchando por la presidencia por arte divina. Como ya dije Corea del Norte es un tema aparte, por lo menos en materia política, ya que obviamente no existe oposición al dictador Kim Jon-un. La tensión es más que palpable y recordemos que, aunque nosotros parezcamos alejados de estos conflictos estamos en la maravillosísima OTAN por lo que estamos más metidos dentro de una hipotética guerra mundial de lo que nos gustaría. El hecho de que Estados Unidos realice ataques unilaterales sin consulta previa en Siria no ayuda, y menos que los miembros europeos le aplaudamos la acción… Y es que cabe recordar que Estados Unidos ya nos la coló una vez en Irak diciéndonos que existían armas de destrucción masiva y que después, está más que demostrado, se trataba de una mentira del “señor” Bush para llevar a cabo una invasión del país. Pasado un tiempo se confirmó que dichas armas no existían, pero a día de hoy hay estadounidenses (muy patriotas ellos) que afirman que existían esas armas, para que se haga notar el poder de la prensa sobre la población. Hace unas horas Trump no ha descartado una intervención militar en Corea del Norte si se producen nuevos ensayos con armamento nuclear por lo que la tensión no hace más que aumentar. Que en el pasado Europa se inventase la nación de Israel (nación que nunca debería haber existido) no ayuda a tener contentos a ciertos países del entorno. También es cierto que hay un factor nuevo que nadie está teniendo en cuenta y que jugaría un papel muy importante en una hipotética guerra. Se trata de la informática, y es que en la actualidad no sabríamos valorar el poder de cada nación a la hora de llevar a cabo una guerra cibernética, y recordemos que Inglaterra al comienzo de la crisis bajó el sueldo a todos sus funcionarios menos a los equipos informáticos, por algo será. En definitiva, existe un ambiente cada vez más caldeado en el que por un lado están Estados Unidos con todos los aliados de la OTAN y por otra parte Corea del Norte, Rusia y China (que intenta tranquilizar la situación pero es bueno saber de qué lado está) y bueno, por supuesto Venezuela aunque permitidme dudar del potencial ya no militar, sino general de ese país en estos momentos. Así que señoras y señores, ustedes echen sus votos que de las bombas ya se encargan otros, pero ante todo recordad que si estalla una guerra nos lo tenemos más que merecido. Enlaces de interés
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